Entrevista a Vicente Faus Matoses

«El dentista trata a sus pacientes con empatía y se gana su respeto»

«Un empresario hoy puede tener una clínica dental y si le va mal, una churrería»

Desprende profesionalidad en sus gestos y la expone con sus palabras cuando defiende que el odontólogo lo es por vocación y se debe a los pacientes. Vicente Faus Matoses es uno de clínicos de referencia en el ámbito de la odontología conservadora, restauradora y estética, por lo que suele ser invitado a participar como ponente en los congresos de mayor relevancia. Desde el año 2014, es elegido presidente de la Sociedad Española de Odontología Conservadora, una de las sociedades más prestigiosas en el elenco científico nacional y con más repercusión dentro de la Odontología.

¿El dentista nace o se hace?

Con 17 empecé a auxiliar a mi padre durante las Navidades, Pascua y veranos en las cirugías, sin que nadie me dijera que tenía que hacerlo. No sé si tener un padre dentista me encaminó, pero gustarme, me ha gustado siempre. Exigirme, creo que como a cualquier hijo le exigen sus padres. Esa exigencia la interpreto como un apoyo.

¿Entonces cree en la vocación como base fundamental para ser un profesional de la odontología?

Los que nos consideramos dentistas lo somos por vocación y no entendemos que haya una práctica mercantilista dentro de nuestra profesión que empobrezca y fulmine el código deontológico, sin preocuparse en absoluto por el paciente.

¿Cree que se ha mercantilizado la profesión durante los últimos años y con la aparición de grandes cadenas?

Existen empresarios de clínica dental que no tienen vocación ni tampoco la sensibilidad de los odontólogos con los pacientes. Primero porque no los tratan y segundo porque su objetivo principal es lograr una rentabilidad. Un empresario hoy puede tener una clínica dental y si le va mal, cierra y monta una churrería sin dar explicaciones.

¿El verdadero dentista no piensa así?

El dentista trata a sus pacientes con empatía y se gana su respeto. Prefiere el reconocimiento de ellos, mucho más que el reporte económico, que obviamente también es necesario pero como contestación a un acto clínico adecuado, no como fin único.

¿Cómo ve el futuro de la profesión? La televisión nos bombardea con anuncios de franquicias que ofrecen precios muy bajos y cada vez hay más universidades de Odontología…

El futuro, si la ley de publicidad sigue siendo la que es y sigue habiendo facultades de Odontología en exceso, no parece que vaya a ser el que a los dentistas nos gustase…

¿Se está pervirtiendo la imagen del dentista tradicional?

Para el dentista tradicional no es muy favorable estar en el mismo gremio que empresas que dedican su actividad final a objetivos diferentes a los del cuidado de la salud de los pacientes. Desde nuestro punto de vista y en líneas generales, el dentista tradicional vela por la salud de sus pacientes, sin tener en cuenta objetivos económicos. El dentista propietario de su clínica dental, lo es por vocación y tiene muy en cuenta el código deontológico y el comportamiento ético hacia sus pacientes. Mientras que las grandes empresas, tienen la rentabilidad económica y sus objetivos financieros como fin principal. Los dentistas queremos poder mirar a nuestros pacientes a la cara cuando nos visitan en la consulta, llamarles por su nombre y saber qué problemas pueden acuciarles, algo que no se da en las grandes empresas cuando cada vez que se visita a un paciente, lo hace una persona distinta que no conoce ni siquiera -en muchas ocasiones- el historial del enfermo.

¿Qué entiende como odontología conservadora y cómo la aplica a los pacientes?

La odontología conservadora es la disciplina encargada de englobar todas las técnicas que pretenden mantener el diente funcional en la boca del paciente. Nunca una prótesis o un implante van a comportarse igual de bien que el propio diente, así que debemos esforzarnos por salvarlos e intentar que los implantes, que son una solución excelente cuando falta el diente, sólo se coloquen cuando de verdad son necesarios. A nadie se nos ocurriría aceptar que ante la fractura de un brazo o una pierna, la opción primera fuera que se nos extirpara y se nos colocase una prótesis implantada. La odontología conservadora comprende técnicas minuciosas y que requieren un alto grado de formación con una baja rentabilidad para el clínico pero muy alta para la salud del paciente.

Usted es un gran defensor de la Sociedad Española de Odontología Conservadora (SEOC).

Mi vida ha estado muy vinculada a la Sociedad Española de Odontología Conservadora (SEOC) que fue fundada en julio de 1989 por varios profesores universitarios. Entre ellos se encontraba mi padre, por lo que las conversaciones sobre la sociedad y los nombres de los socios más ilustres, eran algo habitual en casa durante mi infancia. Así que, cuando me plantearon ser presidente de la SEOC, me hizo muchísima ilusión. Hemos estado trabajando para aumentar el número de socios y aprovechar, al mismo tiempo que potenciar, la percepción que se empieza a tener en la profesión y en el público general, de que mantener el diente es tan importante como reponerlo cuando falta.

Parece que estamos en un punto de no retorno conforme al flujo de trabajo digital. En su clínica ¿hasta qué punto ha desaparecido la toma de impresiones habitual? ¿Convivirán ambas formas de trabajo o estamos abocados al scanner y la impresora 3D más temprano que tarde?

El escáner de laboratorio lo usamos más o menos desde 2007. El escáner intraoral lo usamos en nuestra clínica desde 2014. En el campo de la Ortodoncia con alineadores invisibles, mi hermano Nacho lo usa siempre, facilitándole el flujo de trabajo y acortando los tiempos de tratamiento de manera extraordinaria con respecto a la toma de impresiones con pastas. En la parte de restauradora, lo usamos cada vez para más casos pero debido al tipo de tratamientos protésicos que llevamos a cabo, poco zirconio y pocos trabajos monolíticos, además de la alta calidad y el precio ajustado de los trabajos protésicos que me ofrece Pol (Leopoldo Romance), el flujo digital lo combinamos con pasos analógicos. Imprimiendo o fresando el modelo sobre el que poder estratificar cerámica. En resumen, usamos el flujo digital parcial en casi todos los casos y el flujo digital total en pocos. Sin duda, la evolución del flujo digital en muy pocos años habrá ganado en implementación, ya que la evolución en pocos meses de esta tecnología adaptada al campo odontológico es impresionante pero creo que aún quedan algunos años en los que seguirá conviviendo la tecnología digital con la clásica.

 

El Mundo
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